Existe vacuna para prevenir la enfermedad y tratamientos que, realizados de manera temprana y adecuada, logran la curación y evitan el contagio.
El 24 de marzo es el Día Mundial de la Tuberculosis (TBC). La fecha conmemora el día del año 1882 en que el médico y microbiólogo alemán Robert Koch presentó su descubrimiento sobre el bacilo que produce la enfermedad.
En la actualidad, esta patología continúa presente en todo el mundo, aunque es totalmente prevenible y además curable, si se detecta en forma temprana y se realiza el tratamiento adecuado.
En el ámbito de la Subsecretaría de Medicina Social del Ministerio de Salud Pública funciona el Programa Provincial de Tuberculosis, cuya misión es fortalecer la atención de las personas afectadas por la enfermedad en los servicios de salud, especialmente en el primer nivel de atención.
Asimismo, desde este programa se garantiza el acceso a tratamiento de estas personas, a través de la distribución gratuita y continua de medicación, se fortalecen y apoyan los tratamientos supervisados y se incentiva la búsqueda activa de casos para el diagnóstico temprano, en particular en los grupos de mayor riesgo o áreas con altas tasas de notificación de la enfermedad.
La búsqueda intensiva de sintomáticos respiratorios para análisis y diagnóstico se realiza a través de los efectores de salud de todas las áreas operativas, lo que se traduce en mayor detección de personas con la enfermedad.
En esta tarea resulta de fundamental importancia la estrategia de Atención Primaria de la Salud (APS), con agentes sanitarios que visitan a las familias en sus hogares en comunidades dispersas y alejadas de los centros urbanos, como también en núcleos poblacionales vulnerables.
Esta modalidad de trabajo coloca a Salta como la provincia con mayor notificación de casos positivos al Sistema Nacional de Vigilancia de Salud, por lo que es considerada como referente nacional en el abordaje de la problemática.
Cuando se detecta un caso positivo, se estudia la mayor cantidad posible de contactos de su entorno, lo que permite encontrar más casos.
Transmisión y prevención
La tuberculosis es una patología del tipo infeccioso, que suele afectar principalmente a los pulmones y se transmite de una persona enferma a otra sana a través del aire.
Cuando un enfermo con tuberculosis pulmonar tose o estornuda, expulsa bacilos tuberculosos a través de gotitas de saliva que, si son inhalados por una persona sana, provocan el contagio.
Se trata de una enfermedad curable y prevenible con vacuna, que se coloca al recién nacido. Esta vacuna se encuentra dentro del calendario nacional de inmunización, por lo que su administración es gratuita y obligatoria.
Además de la vacuna, la prevención consiste en mantener abiertos, ventilados e iluminados con luz natural los ambientes que se comparten con otras personas que pueden estar infectadas, como oficinas, aulas, vehículos de transporte público, para evitar la concentración de gérmenes.
La persona infectada debe:
protegerse la boca con pañuelos desechables al toser, o usar barbijo.
lavarse las manos correctamente.
restringir el contacto con personas expuestas a contraer la enfermedad.
seguir el tratamiento médico sin alterarlo.
no fumar, ya que el tabaco favorece el desarrollo de la TBC.
Se debe consultar al médico ante la presencia de tos con flema por más de 15 días. Mientras más temprano se detecte la infección y se inicie el tratamiento, más rápido se corta la cadena de contagio a otras personas.
Características de la infección
Los infectados con el bacilo tuberculoso pueden desarrollar la enfermedad, lo que se denomina tuberculosis activa. Esto es más probable en individuos inmunodeprimidos, diabéticos, desnutridos y fumadores.
Se dice que una persona tiene tuberculosis latente cuando ha sido infectada pero aún no ha enfermado ni puede transmitir la infección.
La persona que desarrolla TBC activa puede presentar durante meses síntomas leves como tos, fiebre, sudores nocturnos, pérdida de peso, debilidad. Eso suele ocasionar que se tarde en efectuar la consulta médica, se recurra a la automedicación o se confunda con otras afecciones, lo que aumenta el riesgo de transmitir la enfermedad a otras personas.
El tratamiento se hace con medicación antibiótica, que se debe seguir sin alteración por un mínimo de seis meses, ya que si el paciente abandona el tratamiento o no lo cumple en forma rigurosa puede desarrollar tuberculosis resistente a los fármacos, empeorando el cuadro.
La medicación para el tratamiento de la tuberculosis es gratuita en el sistema público y se provee desde el Programa Provincial de Tuberculosis.
Coinfección
La tuberculosis es una enfermedad oportunista, es decir que se presenta con más frecuencia y suele ser más grave en personas con el sistema inmunológico comprometido.
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) debilita el sistema inmunitario, lo que incrementa el riesgo de contraer tuberculosis entre pacientes que viven con él.
La presencia de VIH y TBC en un individuo se denomina coinfección. Toda persona con VIH debe hacerse la prueba de detección de tuberculosis.
En Salta, los programas de TBC y VIH trabajan en forma conjunta para determinar la seroprevalencia de VIH en pacientes con tuberculosis.
También se desarrolla un trabajo en conjunto con el programa de Diabetes y el hospital Dr. Arturo Oñativia, para la identificación de la diabetes como comorbilidad en el diagnóstico de pacientes con tuberculosis.
Hospital de referencia
El establecimiento público de referencia para las enfermedades infecciosas es el hospital Señor del Milagro. Desde el servicio de Tisiología se realizan actividades de promoción, prevención, diagnóstico, tratamiento, seguimiento y control del paciente con tuberculosis, brindando atención también a los contactos en riesgo de contagio.
El hospital cuenta con sala de internación y consultorios para atención integral de pacientes ambulatorios. La asistencia se brinda con un equipo que incluye médicos, nutricionistas, enfermeros, psicólogos y trabajadores sociales.